Cabe aclarar, que quien escribe el presente artículo es una gran fanática de la animación. Las animaciones, usen la técnica que usen (stop motion, animación por computadora, tradicional 2D, etc), sean de la época que sean, o del origen que sean (occidental, oriental, etc), para adultos o infantiles, y sean grandes producciones o de carácter independiente, me interesan en sobremanera y siempre captan mi atención. Es por eso probablemente, que no resistí dedicarle un posteo a esta película que ya es todo un fenómeno actual.
Desde tiempos lejanos, las editoras más famosas y grandes de cómics de USA, Marvel y DC, han sido vistas como rivales por muchos y se las ha sometido a constantes comparaciones. Una vez que ambas llegaron al medio televisivo, en forma de shows animados, la superioridad de DC frente a Marvel fue notable. No solo sus shows fueron más exitosos, sino que en términos de calidad ofrecían mucho más que los shows que adaptaban las tiras cómicas de Marvel. Para no extenderme en historia y explicaciones, basta con decir que Marvel presentaba una animación muy rudimentaria, con historias o guiones algo estrafalarios y con pocos personajes que lograran empatizar con los espectadores, mientras que en los shows de DC ocurría todo lo contrario, y lo mismo se mantuvo a lo largo de los años (por citar un ejemplo, una de las series animadas más elogiadas durante años fue la de Batman, que dio comienzo en 1992).
Esta situación también se traslado al ámbito de las series televisivas con actores, a las que ambas empresas apostaron. Mientras DC cosechó éxitos, como el mítico show de Adam West en los ’60 o la serie de la Mujer Maravilla, de la otra vereda Marvel no supo repetir la fórmula y ninguna de sus series fue exitosa ni muy recordada (quizás su punto mas alto fuera la serie de Hulk, con Lou Ferrigno en los ’70). Al menos hasta la llegada de la empresa a Netflix, que ya es otra historia (aún así con series de menos temporadas que las de DC).
El año 2008 fue la oportunidad de dar vuelta la balanza para Marvel. Exceptuando la trilogía de Spider-man de Sam Raimi, hasta el momento Marvel no contaba con adaptaciones fílmicas que tuvieran gran repercusión ni prestigio, mientras que DC había producido las consideradas mejores películas de superhéroes (incluso ese mismo año salió The Dark Knight, de Christopher Nolan). Pero al emprender la aventura del MCU, Marvel logró una fórmula exitosa que DC no supo emular y llegó a saturar el mercado con sus propias películas, convirtiéndose así (en asociación con Disney) en una de las empresas que mas millones de dólares ha recaudado con sus películas.
En resumen, durante años Marvel «perdió» la batalla contra DC en cuanto a lo audiovisual se refiere; sus animaciones eran inferiores, sus series con actores eran inferiores y sus películas eran menos exitosas y tenían críticas dispares. Este último punto fue altamente superado y mejorado en los pasados diez años, donde Marvel «revirtió» la situación con la creación del MCU. ¿Pero qué sucede con la animación? Esta era la gran deuda de Marvel.
Spiderman: Into the Spiderverse vino para saldar esa deuda, demostrando que los personajes de Marvel también pueden brindarnos grandes películas animadas y que eso no es solo un privilegio de su empresa rival. Para esto se recurrió a los responsables de la película de Lego, Phil Lord y Chris Miller, quienes trabajaron con un equipo idóneo para esta tarea. La película, a diferencia de largometrajes anteriores de Marvel (lanzados para Blu-ray, DVD y otras plataformas), está pensada a gran escala y con mucha ambición para ofrecer grandes escenas de acción, drama y hasta de comedia.
Uno de los grandes retos para sus realizadores, fue resultar innovador con tantas producciones de superhéroes previas, que parecen haber agotado el género hasta el hartazgo y no distinguirse ya unas de otras…y sale airoso de esta cuestión, ya que la película aporta un enfoque fresco al utilizar su circunstancia particular como eje de la historia, planteando una trama en la que conviven diferentes universos, y postulando que Spidermans puede haber muchos, que cada uno tiene su misión particular donde sea que esté y por lo tanto, que dentro de todos existe un héroe o heroína.
La cinta no solo presenta una buena técnica, buen arte y una historia decente bien llevada, sino que también utiliza recursos comiqueros (como los globos de diálogo, onomatopeyas y hasta la textura de imprenta), referencias a la cultura popular y hasta memes que conectan con los fanáticos fácilmente. Es también notable como los autores dejan su impronta desde el lado estético, que notarán todos aquellos que hayan visto sus producciones anteriores.
Into the Spiderverse resulta así, una obra que cualquier fanático del mundo de los superhéroes y los comics no puede dejar dejar pasar, ya que probablemente se convierta en el puntapié para que Marvel apueste a más animaciones en un futuro cercano, llenando ese espacio que había descuidado durante años.
Romina Be
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